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“Las emociones son efímeras, llegan para ser sentidas y dejarlas ir”.

 

No, la vida no siempre es color rosa, ni de tonos pasteles o alegres como los que
vemos representados en el arcoíris. A veces, la vida también se tiñe de matices
grises, negros o azules oscuros. Suele pasar que experimentamos días en que todo
lo vemos opaco, difícil, triste, confuso o con miedo.

Las razones por las que experimentamos esos momentos descoloridos pueden ser
múltiples y diferentes para cada uno de nosotros. En muchas ocasiones, algunas de
estas razones nos llevan a sentir largos días o períodos de tristeza, melancolía,
desasosiego, rabia e incluso miedo ante la incertidumbre de no saber si nuestra vida
volverá a ser colorida, si volverá la luz. Puede ser debido a la pérdida emocional de
un ser querido, o una pérdida material, un cambio de ciudad, casa, país o trabajo.
Quizá, el ser madres o padres por primera vez o enfrentarnos a nuevos retos. A lo
mejor también una enfermedad, cansancio o tensión en las relaciones de pareja,
con amigos, familiares o en nuestro lugar de trabajo o estudio.

Sí, muchos pueden ser los factores propios de nuestro sentir y nuestra vida
cotidiana, los que restan luz y color al día a día, invadiéndonos de emociones
descoloridas y tristes. Sentir, reconocer y dar libertad a nuestras emociones puede
dar tranquilidad a nuestro ser. Un ejemplo claro es llorar, nada más liberador que
llorar en medio de la tristeza. Para la psicóloga María Teresa Velasco, “las
emociones tienen una función, y es importante acogerlas, sentirlas y no negarlas,
aunque éstas puedan ser agradables o desagradables”. Así que, enfrentar esos días
descoloridos y tristes, es una necesidad de la que no podemos escapar. De lo que
sí podemos escapar es de evitar quedarnos en ese estado de tristeza que nos trae
sentimientos y emociones desagradables. Si no escapamos, puede ser que la
tristeza sea más profunda y prolongada y nuestro universo se torne caótico,
enfrentándonos a la confusión en nuestro diario vivir.

 

📝Reflexionando juntos

Si cerramos los ojos e imaginamos que llegamos a un mundo desconocido, donde
nos sentimos perdidos, tristes o con miedo ¿cómo crees que deberías actuar para
lograrlo y sobrevivir?, ¿qué harías para avanzar en un mundo desconocido?.

Estoy segura de que en situaciones como la anteriormente mencionada, nuestro
sentido de supervivencia se activa y entramos en modo de alerta. Recordemos que,
desde que nacemos, contamos con recursos propios de supervivencia. Por tanto, si
como seres humanos, nacemos con capacidad para pensar, sentir y actuar, también
contamos entonces con la capacidad de repensar, de reinventarnos, de sobrevivir.
Pero ¿cómo podemos entonces evitar quedarnos en la tristeza y en el miedo?

Las emociones son temporales

Para Velasco, es importante comprender que “las emociones son temporales, no
son eternas”. Los momentos de tristeza “son parte de la vida, las emociones
siempre están ahí”. Científicamente  , “las emociones que sentimos se pueden medir
en el tiempo, podemos pasar de la alegría al llanto o de la rabia a la reconciliación
en cuestión de segundos. Por tanto, es importante reconocer que ninguna emoción
dura para siempre, todas tienen un inicio y un final. Las emociones son efímeras,
llegan para ser sentidas y dejarlas ir”. Es por esto, que “Ante la tristeza es
importante hacer una pausa e intentar siempre, entrar en un proceso de
reconocimiento y reflexión”, explica Velasco.

🤷‍♀️¿Qué nos pasa?

Como psicóloga clínica y voluntaria del Teléfono de la Esperanza Suiza, Velasco,
explica que ¨los momentos de tristeza, pueden ser incluso oportunidades para la
introspección, para autocuestionarse”. “Acoger las emociones e identificarlas nos
ayudará a entendernos mejor”. Pues, como seres humanos, “experimentamos una
explosión de emociones cada minuto, y es así, como logramos tener nuestras
emociones en equilibrio”. Pero, en medio del dolor, ¿cómo podríamos hacer de la
tristeza un momento de introspección?

Podemos volver a cerrar los ojos, como una oportunidad de: “mirarnos, y vernos allí
acogiendo la emoción, y viviéndola como solemos vivirla”. Para esto, la psicóloga
nos recomienda siempre, aún en medio de una tristeza:

“Intentar encontrar la calma, visualizándonos a nosotros mismos en un lugar
confortable, puede ser un sillón, caminando en la naturaleza, o simplemente,
en un momento de pleno silencio, y acoger nuestra emoción”. “Abrazar ese
momento” Y al recobrar la tranquilidad, preguntarnos:

 

➡“¿Qué me está pasando?
➡¿Qué estoy sintiendo?
➡¿Qué me está provocando esa emoción de tristeza y dolor?”

 

“Las respuestas a estas preguntas, fácilmente, podrían empezar a
llevarnos a “encontrar nuevas perspectivas” y reencontrarnos
nuevamente y poco a poco con el color y la luz en nuestra vida. Nos
debemos permitir “reinventarnos”, asegura la psicóloga.

🤔¿Cómo reinventarnos?

En un proceso de introspección lo indispensable es “no negar lo que nos pasa, por
el contrario, acoger nuestros estados de ánimo. Eso nos ayudará a reflexionar y a
entender qué es lo que está provocando la tristeza y/o dolor”. comenta, Velasco.
Una nueva reflexión, como proceso de reinvención, podría ser pensar en un “nuevo
horizonte o en tomar una nueva dirección”.

Ahora, cerramos nuevamente los ojos e imaginemos que estamos en un mundo
desconocido, pero esta vez, vamos conduciendo un vehículo que cuenta con una
dirección especial, que nos permite reconducir nuestra vida, ¿a dónde quieres
llevarlo? ¿Hacia dónde te diriges? Para la psicóloga, “reinventarnos es la
oportunidad de encontrar lo que hay a nuestro alrededor. Encontrar algo, que puede
ayudarnos a salir de la tristeza, preguntándonos:

¿Qué podemos hacer? ¿Cómo nos podemos reinventar?
¿Qué nuevo horizonte o dirección puedo elegir ahora?

💔¿Y si la tristeza sigue ahí?

Puede ser que aún después de realizar las reflexiones, la tristeza que llevas en ti se
prolongue. Velasco nos dice al respecto: “cuando de manera radical, cambias quién
eres, te encierras en ti mismo, tu entorno familiar, social o laboral se empieza a ver
afectado. Cuando has dejado de llamar, cuando dejas de responder, cuando te
invitan a salir y no quieres, estás más irritable, te pones fácilmente de mal humor e
inicias conflictos con facilidad. O si, por el contrario, sales más, quieres estar fuera
de casa, trabajas más horas, y consumes alcohol consumes drogas. Vez que
radicalmente algo que no eras o que no hacías, lo haces ahora para compensar”.
Puede ser que la tristeza, se esté convirtiendo en una tristeza “crónica”.

Los cambios radicales en nuestra forma de ser y actuar funcionan como una alerta.
Es por esto, que, si estamos, en este punto, la especialista recomienda “buscar
ayuda, buscar ser escuchado, compartir nuestras emociones, sentimientos y
pensamientos con alguien. Puede ser un amigo, un profesor, un colega de trabajo,
un desconocido o una llamada a un centro de crisis o bien podemos acudir a un
profesional médico: psicólogo o trabajador social". Lo importante es compartir y
expresar lo que sentimos” puntualiza.

😉Para no olvidar

“Las emociones son efímeras”. Regálate la oportunidad de acogerlas, sentirlas,
vivirlas y dejarlas ir. Vivimos en medio de una “explosión de emociones diarias”.
Cierra los ojos, cada vez que sientas que lo necesitas, reflexiona y acoge las
emociones que abrazan tu vida. Y esas emociones sombrías, de tristeza e
incertidumbre, déjalas ir. Porque más tarde que temprano, la luz y el arcoíris
brillarán nuevamente para ti.

En él Teléfono de la Esperanza Suiza: te escuchamos
043 817 6565     https://telefonodelaesperanza.ch/

Texto escrito por : Adriana P. Soto. Administradora de empresas, aficionada a la lectura y a la
escritura, voluntaria del Teléfono de la Esperanza Suiza desde hace tres años.
https://www.linkedin.com/in/adriana-p-soto-/

Entrevista:
María Teresa Velasco. Psicóloga FSP, consejera Intercultural, Analista
Existencial y Logoterapeuta. Voluntaria del Teléfono de la Esperanza Suiza desde
hace 6 años.

https://www.psychologie.ch/member/maria-teresa-velasco-de-la-pena
https://teresavelasco.ch
https://www.linkedin.com/in/mariateresavelasco/

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