Texto escrito por: Mercedes Alonso, Voluntaria del TES

“Andaban dos hombres perdidos por el desierto. Las horas pasaban, cada vez se sentían más fatigados, tenían mucha sed y mucha hambre. De pronto, llegaron a una tapia muy alta. Tras ella se podía escuchar con nitidez el sonido de una cascada y de un arroyo. Por encima de la pared asomaba alguna rama de un frondoso árbol frutal. Uno de los dos hombres no se lo pensó, comenzó a trepar a toda velocidad y con mucha agilidad por la pared, hasta llegar a lo más alto y perderse más allá de la tapia. El otro hombre, sin embargo, recogió uno de los frutos que habían caído de las ramas para recobrar fuerzas, dio media vuelta y se dispuso a buscar a otras personas perdidas en el desierto para indicarles el camino hacia aquel oasis.”

 

 

El Oasis es un cuento budista sobre la SOLIDARIDAD. Sin la solidaridad, cada
persona se encerraría en su pequeño mundo, buscaría su propio bien. No
tendríamos la posibilidad de sacar lo mejor de nosotros.

Cuando me hice voluntaria del Teléfono de la Esperanza, quería ayudar a
otras personas. Me llevé una gran sorpresa. Con el tiempo, me di cuenta
de que al igual que la persona que enseña, es la que más aprende, la que
ayuda, se ayuda. Esa es la magia de la solidaridad. Dar desde el corazón,
es un acto con el que ganamos todos.

Me informé en Google sobre los beneficios de ayudar a los demás y me
sentí identificada con cada uno de ellos:

 

 

  • Las personas solidarias viven más tiempo, un promedio de cinco
    años más que quienes no lo hacen.
  •  Ayudar a los demás mejora tu salud: Tu cerebro libera oxitocina,
    dopamina y serotonina, que no solo ayudan a disminuir el estrés,
    sino que te hacen sentir feliz.
  •  Ayudar a los demás contribuye a disminuir los síntomas de la
    depresión. Te hace olvidar tus propios problemas al dirigir tu
    atención a los problemas de los demás.
  • Ayudar te hace sentirte útil: Te sientes valorado, necesitado, lo que
    hace que aumente tu autoestima y confianza en ti mismo.
  • Te ayuda a no sentirte solo: Encuentras a gente maravillosa de la
    que aprendes mucho y con la que puedes compartir.

 

En conclusión, que las personas que más dan son las que más reciben.
Por simple ley del “Karma”, lo que envías al universo, él te lo retribuye con
creces. Nunca debemos subestimar la influencia que podemos llegar a tener en la
vida de otras personas. Un pequeño gesto, una pequeña obra, una
escucha atenta, sin juicio, puede llegar a cambiar vidas.

Así que, si tienes la oportunidad de ayudar a alguien, no dudes en hacerlo.
No olvides que, no solo lo estarás ayudando a él, sino que te estarás
ayudando principalmente a ti mismo.

 

043 817 65 65