Nos enfrentamos a una catástrofe global. Y no hablamos del coronavirus, hablamos de la salud mental de las personas en todo el mundo. Mientras vemos que las cifras de infectados y fallecidos por la Covid-19 ha ido descendiendo los últimos meses, los trastornos del estado de ánimo no han hecho más que aumentar y esto no se para aquí.

Las repercusiones de la pandemia van mucho más allá de la política y la economía. Así lo revela un estudio liderado por la spin-off de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Las spin-off son iniciativas empresariales promovidas por miembros de la comunidad universitaria. La de la UOC revela que la salud mental del 46% de los españoles está en riesgo debido a la situación que estamos viviendo con la crisis del coronavirus.

La investigación, en la que han colaborado universidades internacionales, evalúa los niveles de estrés y trauma vividos en el marco de la pandemia y analiza la opinión que tienen los ciudadanos ante la comunicación y respuesta oficial de sus gobiernos. Los datos recogidos muestran que la población tanto en España como en Italia y Reino Unido revelan síntomas de estrés emocional.

Concretamente, el 67% de la población española se ha sentido en algún momento triste, deprimida o desamparada durante este periodo. Los investigadores concluyen que el 46% tiene riesgo de padecer sintomatología o trastornos mentales a largo plazo. Pero no podemos limitarnos a ver cómo cae el estado emocional de las personas. ¿Qué consecuencias tendrá esta situación?

Según un estudio del Grupo de Investigación en Estrès de la Facultad de Psicologia de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), que realizó encuestas a más de 15.000 personas, el optimismo baja y la incertidumbre aumenta desde el inicio del confinamiento. Y hábitos saludables que se emprendieron con ganas al entrar en el enclaustramiento, han ido decayendo lentamente con el tiempo.

El sistema de emergencias médicas (SEM), el 061, el Colegio Oficial de Psicólogos e incluso el Teléfono de la Esperanza indican que han recibido un aumento de más del 300% de llamadas de ciudadanos que dicen sufrir cuadros de ansiedad en estas fechas. Y eso por no hablar de las poblaciones de riesgo.

La red SMC (siglas de Salud Mental Catalunya), que representa a 106 entidades dedicadas a este ámbito de la sanidad, observa que el 93,4% de las personas que han contactado con sus entidades necesitan apoyo emocional y/o psicológico. También han visto un empeoramiento en los problemas de salud mental previos en un 64,7% de los casos.

Y se han detectado aumentos en otras conductas agravantes o de riesgo como, por ejemplo, problemas de conducta (40,70%), consumo de sustancias tóxicas (28,7%), incumplimiento del confinamiento (24,6%), agresiones físicas y/o verbales (22,8%), e ideación suicida (14,40%). Los psicólogos y psiquiatras no se sorprenden ante estos datos. Lo que sí les sorprende es que no se tenga mucho más en cuenta la salud mental en los organismos oficiales del gobierno.

Todo sería distinto si, desde el inicio de una crisis de estas características, se emprendieran acciones para prevenir y proteger la salud mental de toda la ciudadanía. Semana tras semana, hemos podido observar que las personas necesitan más recursos y más medidas para afrontar la crisis que están viviendo. La mayoría expresa sus sentimientos de impotencia, angustia y desamparo ante esta situación. Emociones que son compartidas por todo el mundo independientemente de la sociedad y la cultura.

Desde Humanity Crew, en colaboración con Open Arms, hemos estado ofreciendo vídeos en directo desde el inicio de la pandemia para aportar recursos psicológicos y de gestión emocional. Con psicólogos desde España, Italia, Francia, Grecia, Corea de Sur, Israel, Palestina y Estados Unidos hemos obtenido cientos de miles de visualizaciones en España y millones en todo el mundo. Miles de testimonios nos han relatado sus historias.

Podemos expresar de primera mano que las personas adultas han mostrado angustia, miedo, tristeza. Las familias, dificultades para organizarse y preocupación por los más pequeños, falta de recursos. Los mayores, miedo a la muerte, vacío, muchísima soledad, olvido y desamparo. Por no olvidar, el personal sanitario ha podido mostrar estrés, fatiga, burnout (síndrome del quemado) e incluso indicios de trastorno por estrés postraumático, entre otros síntomas.

Todas estas problemáticas requieren ser visibilizadas. Nosotros hemos aportado algunos recursos de primera respuesta, pero sabemos que no es suficiente. Las administraciones deberían poner esfuerzos, también, en proteger la salud mental de la sociedad. Ya vamos con retraso.

Se habla de las consecuencias económicas de la crisis, pero no se tiene en cuenta que detrás de la economía están las personas. Y si no tenemos salud mental y emocional, si no abordamos este área a nivel social, no tendremos personas que tiren de la economía, no veremos aprovechada la crisis para nuevas oportunidades y no aprenderemos de lo sucedido. Tendremos personas actuando desde la ansiedad, el miedo, la impulsividad, la desesperación… conectadas con aquello que les paraliza y no con lo que les moviliza.

Necesitamos una sociedad conectada con sus virtudes y sus fortalezas para salir adelante. Una frase de moda estos últimos meses ha sido “según los expertos”. Debemos actuar y afrontar la situación, según los expertos. Las políticas se deberían guiar por la información aportada por los expertos. Nuestra pregunta es: ¿y los expertos en psicología? ¿Se está preguntando a los expertos en conducta humana, en emociones y en salud mental?

¡Hemos de actuar ya!

Todos los profesionales del sector conocíamos las consecuencias antes de la crisis. Sabemos la importancia de la comunicación ante la respuesta de calma o de pánico, sabemos que la incertidumbre y falta de información producen ansiedad, y que la desesperación y falta de esperanza pueden llevar incluso al suicidio.

Y también sabemos que, a pesar de todo, la capacidad de resiliencia de las personas es extraordinaria y puede sobreponerse a la crudeza de la realidad. Debemos ser el apoyo, la mano tendida para que las secuelas psicológicas de la pandemia no sean tan devastadoras como podemos ya, desgraciadamente, suponer. Cuando nos demos cuenta de que es imprescindible cuidarnos psicológicamente, en muchos casos será demasiado tarde.

(Las autoras: Maria Jammal es Premio Fundación Princesa de Girona Internacional 2019, CEO y cofundadora de Humanity Crew. Alba Sabé Dausà es psicóloga general sanitaria, psicoterapeuta y formadora directora de esta oenegé en España)

 

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vivo/20200604/481587924267/covid-19-salud-mental-angustia.html

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