El pasado 27 de marzo, el Teléfono de la Esperanza Suiza celebró una jornada de puertas abiertas para conmemorar el Día de la Escucha y así dar a conocer a todo aquél que tuviera interés o curiosidad en cómo funcionaba y en qué consistía exactamente la misión de la Asociación. Desde la presidenta, coordinadores de las diferentes áreas, voluntarios, todos estábamos ahí.

Fotografía del 27 de Marzo de 2022 (Día de la Escucha)

Les seré muy honesta, no tenía mucha motivación en asistir a la charla (y no es que me considere una mujer perezosa, al contrario). Bien saben, que aquí en Suiza encontrar un domingo soleado, en pleno mes de marzo y con 15 grados, no es lo común. La charla empezaba a las 10.00 de la mañana, lo que significaba madrugar un poquito y tener algo de buena cara y eso conlleva un pequeño esfuerzo de anticiparse como mínimo, una hora antes (café, ducha, preparar ordenador, leer noticias). Súmese a todo ello, que justo exactamente ese día fue el cambio de horario de invierno a verano y todo ello hacía que durmiéramos una hora menos pues adelantábamos las manecillas del reloj una hora (es decir, madrugaba a las 9.00h pero con el nuevo horario eran las 8.00h).

Bien, tras mi más sincera exposición de motivos y mi lucha interna en no asistir a la charla acerca de la escucha (son actividades voluntarias), lo hice. Asistí. Una voz en off (la que todos tenemos) me decía: “Deja tu pereza de domingo. Tienes que estar ahí”.

Y…

¡Woowww!, ¡Cuánto cariño!, ¡Cuánta ilusión se respiraba a través de la pantalla; y de las diferentes caras de los oradores!, ¡Qué palabras tan mágicas pude recoger en esa charla! Hubiera deseado alargar el coloquio. Hubiera deseado que hubiéramos vuelto en ese instante a retrasar una hora para volver al horario de invierno. Brillante todo y brillantes cada uno de los participantes y asistentes al evento.

Y ahora, toca reflexionar de todo lo aprendido y por supuesto, hacerlo extensible a quienes quieran leerme.

 

Carl Rogers (psicólogo americano) subrayó en su día en el libro “El poder de la persona”: “No escuchamos solamente con nuestros oídos, sino también con nuestros ojos, nuestra mente, con nuestro corazón”.

 

Justo esa misión es la que realizan con éxito los orientadores voluntarios de nuestra asociación. Atender a la totalidad del mensaje de quienes están al otro lado del hilo telefónico. Desde el corazón, desde la mente abierta, desde la voluntad. Escuchando y analizando los silencios del interlocutor. Acompañando sin necesidad de decir nada, pero diciéndolo todo: “Estoy aquí. No me muevo de tu lado y voy a seguir acompañándote”. ¿No les parece precioso?

Escuchar requiere esfuerzo y concentración para llegar a empatizar con nuestro interlocutor.

En el caso de la Asociación les diré que trata de centrarse en un desconocido que a través de la línea telefónica ha decidido dar un paso hacia adelante y valiente, de compartir con otro desconocido (un voluntario formado) su vida, sus problemas, su experiencia, su situación.

Los voluntarios orientadores, sin prisa y dedicados 100 % a la escucha activa del interlocutor, lo hacen también sin prejuicios y de manera comprometida. Créanme que puede parecer fácil pero la realidad es otra.  En general, los seres humanos tenemos exceso de ego a la hora de comunicarnos:

  • ¿Cuántas veces hemos escuchado a otra persona y sin que hubiera terminado su discurso nos hemos aventurado en darle nuestro punto de vista?
  • ¿No creen que estamos más pendientes de nuestras propias intervenciones que de nuestro interlocutor?
  • ¿Cuántas veces escuchamos desde el corazón, la mente abierta y desde la simple voluntad de escuchar?

La escucha no requiere respuesta, requiere acompañamiento, compañía también en los silencios. Hablar de la labor del Teléfono de la Esperanza Suiza (24 horas al día los 365 días del año) me hace sentir viva y esperanzada en el ser humano. Vinculada a la sociedad que quiero en un futuro.   

Igual de enriquecedor me parece escribir como leer opiniones . Todo suma. Todos y cada uno de nosotros tenemos la nuestra propia. Así que… ¿Qué les parece si añaden algún comentario o punto de vista que pueda enriquecerme/enriquecernos?

Teléfono de la Esperanza Suiza (24 horas al día los 365 días del año).

Ana García Ballester, voluntaria del Teléfono de la Esperanza

043 817 65 65